Sunday, March 04, 2007

Pequeños Pilatos

Continuamente, todos los días, en las noches, en el claustro, en las revistas, hay una insistente tendencia por parte de mi generación veinteañera a relativizar todo. Actitud, toma de posición, postura política (disfrazada de no postura) que no genera nada productivo, que no produce encontronazos, debates, transformaciones y sólo engendra continuismo, conservadurismo (disfrazado del más feroz modernismo innovador).

Afortunadamente, esta cómoda forma de ser-pensar-actuar-idear no es general pero sí tiene índices alarmantes de arraigo en aquellos coetáneos que tienen una posición desde la cual con sus opiniones obtienen una mínima resonancia, me refiero a estudiantes, periodistas noveles o simples actores sociales de un intercambio cultural y de consumo que trasciende su propio círculo de camaradas.

A modo de ejemplo: hace unos días, me encontraba en los pasillos de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires y mantuve una discusión con dos compañeros de Comunicación (un chico y una chica) los cuales me decían (sobre todo la mujer) que todos en una facultad somos intelectuales. Y para reforzar ese postulado se apoyaban en lo que les había enseñado una materia de la carrera. Yo, que no comparto en nada esa afirmación, bromeaba diciendo que ese era un día muy feliz en mi existencia porque me había enterado de que estaba rodeado de miles de intelectuales. Entonces, hay que hacerse unas preguntas ¿todos mis compañeros, incluso aquellos que un libro y una idea sobre el mundo es algo artificial, ajeno y sólo perteneciente a la academia, son intelectuales? Por ende, ¿las notas de la revista Punto de Vista están firmadas por estudiantes que sólo se rozan con el conocimiento porque transitan la carrera? ¿alumnos “ilustres” de mi carrera, como Karen Cohen, pertenecen a la intelectualidad argentina? ¿De qué estamos hablando?

El decir que todos los que estudian en una universidad, porque se pueden erigir en una posición para hablar por ejemplo, del proletariado, y no pertenecer a él, son intelectuales, me parece una tremenda defección mental. Es más, es una falta de respeto a aquellos “no-intelectuales” que no quieren o no tienen la posibilidad (según el caso) de pisar un claustro.

Me extendí un poco con el tema de la afirmación poco lúcida de mi compañera y de la cátedra que le había enseñado-impuesto esa verdad. Pero esta discusión fue el desencadenante para que mi persona se viese enfundada en el continuo ¿agravio? que cargan los relativizadores contra mí y contra los que están en mi vereda ideológica: “sos un cerrado, un obtuso, un determinista”. Las dos primeras acusaciones pueden ser reales pero sirven al propósito de no ser un facilista y de no relativizar todo. Porque para ellos, los reyes de lo relativo, está todo genial y mejor que esté así y que siga así porque el mundo es más cómodo, fácil y así uno no tiene que andar embarrándose en fútiles discusiones sin rumbo. Sin embargo, eso es falta de compromiso y es una señal del más aposentado conservadurismo.

El no ser complacientes nos hace caminar en una cuerda floja siempre. Nos hace continuamente cuestionar todo nuestro aparato de ideas, en replantearnos hacia donde queremos ir y cómo queremos ir. El relativizar todo es el arma cobarde de los que están cómodos y eso es un grave defecto y un obstáculo a las transformaciones. Supuestamente el universo nació de continuas transformaciones, explosiones. Las revoluciones sociales también hicieron lo propio. Por eso mismo, relativizar es un crimen público, que no lleva a nada, estático, perjudicial y el vicio de muchos. Lamentablemente, ese vicio de muchos también afecta a otros, “esos que no son intelectuales” y que no tienen tiempo de relativizar.

7 Comments:

Anonymous Anonymous said...

sos el nene mas salame que conozco

3:26 PM

 
Blogger ema déborah finzi said...

Andrés Eloy: Leí las preguntas que le hacés a Link y que están en su blog. Ahí afírmás que Nada de Carmen Laforet "tampoco es una novela muy significativa". ¿Para quiénes no es significativa, pregunto? ¿para los lectores argentinos en particular? ¿los latinoamericanos en general? En España lo es, te diré, y en muchos ámbitos académicos y no académicos también. Ella, Laforet, que tenía 24 años cuando la escribió, en pleno fascismo franquista, supo hablar del horror de una manera muy inteligente, muy sensata y describir los estragos que producía semejante estado (Estado, en realidad) en una ciudad como Barcelona.
Un saludo cordial,
Ema

10:57 PM

 
Anonymous Anonymous said...

a mí me parece que vos estás equivocado, sólo te mandé un mensaje y fue muy cordial. ¿de dónde sacaste que yo te puteé? no es mi estilo. y ese tonito tuyo de que siga trabajando entre EE y Arg. verdaderamente no me gusta. no hay una sola palabra en el único mail que te mandé que sea irrespetuoso.
Ema

8:12 AM

 
Blogger ema déborah finzi said...

Hay alguien que se hizo pasar por mí ya que vos hablás de otro mensaje que por lo visto tomás como mío ya que decís que "lo hubieras puesto si [yo] te hubiera puteado con más altura". Sólo te mandé un único mensaje y vos mismo agradeciste el "aporte" en mi propio blog (así que no creo que sea ése el que vos considerás una puteada). Soy una persona respetuosa y no es para nada mi estilo "putear" a alguien. Así que espero te fijés quién te mando el mensaje insultándote porque no fui yo.
Adiós,
Ema Finzi
Y ya borré el tuyo en mi blog porque sí lo considero por demás insultante.

8:46 AM

 
Anonymous Anonymous said...

Quiero hacerte llegar un texto sobre el caso Di Nucci y no veo a dónde contactarte. Saludos, Elsa Drucaroff.

12:38 PM

 
Blogger ema déborah finzi said...

Hola Andrés: Me parece bien que hayas aclarado la situación. No te conozco, así que no había ninguna razón por la cual faltarte el respeto o agredirte gratuitamente. Y sí, claro, se puede seguir dialogando entre blogs. En cuanto a tu pregunta sobre mí, soy profe de letras (para más datos: literatura latinoamericana y cine). Sí, escribo algo de ficción (poca) pero, sobre todo, prosa ensayística (si es que algo así existe). Hay un texto ("El mal") y algunas otras cosas mías sobre Vallejo y Buñuel en calle desconocida.
Un saludo cordial,
Ema

5:59 PM

 
Anonymous Anonymous said...

Sos un caradura!!!! te comiste el papel del intelectual hace rato!!alguien te dijo que sos un vivo barbaro y super inteligente..y vos te lo creiste...ah! el que dijo eso fue Alabarces..el tipo es un kpo!

3:58 PM

 

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